Hablando en silencio
Por: Doris Rodríguez
Acepta y disponte a invertir toda tu atención,
energía y entusiasmo en construir una nueva vida, positiva y diferente para ti;
evita el sufrimiento, sólo tu puedes protegerte. Hoy, puede ser el primer día
del resto de tu vida. ¡Vuelve a empezar!
Olvida lo que dejaste atrás y recupera tu vida, nunca es tarde para iniciar,
libérate, perdónate, reconfirmate como hijo de Dios, él te perdona, entonces
hazlo tú; tienes y debes perdonarte para reiniciar tu camino; decrétalo cuantas
veces sea necesario, respira profundo, inténtalo de nuevo, y cada vez que te
sientas perdido en la oscuridad , decreta estas palabras :Yo soy dueño de mi
destino, de mi felicidad, de mis propósitos , de mi bienestar , porque solo yo
puedo hacerlo .
Ahora ya todo está claro, sentirás una paz
interior que te conducirá por el camino del bien, él lleva y trae las energías positivas, la
que te lava el alma y te cura el
corazón, ahora tienes la fuerza necesaria para no dejarte arrastrar por el
mal. Lo que verdaderamente cuenta, es
que estés dispuesto a aprender algo positivo de cada una de tus experiencias, para que haya valido la pena.
Ya
decidido a renovarte y comenzar por
sacar de tu vida todo aquello que te haya hecho daño; habiéndote perdonado, es
el momento de pasar la página para dejar el pasado negativo atrás y volver a
comenzar una nueva etapa, diferente. Lo puedes hacer. ¡Inténtalo!
Busca tu felicidad.
Deja de sufrir por pequeñeces, deja de
esperar a que otros te aprueben y te califiquen, te feliciten, tu eres un ser único, especial, tal vez
diferente, pero ahí es que está tu fuerza y tu esencia. ¡Busca tu felicidad! No
espere por ella, que nadie te la traerá, construye tu propio destino, porque de
esa manera florecerá tu jardín interior. Repite en voz alta con fuerza y
convicción: ¡No voy a permitir que nada ni nadie incluyendo mis temores o mis
tristezas me quiten la oportunidad de ser feliz hoy.
En tu diario vivir
aprende.
No
sigas pensando que eres el centro del universo familiar o social, y comparte las
tareas, las actividades y las responsabilidades. Permite que el resto de los
integrantes de tu familia, tu pareja, tus amigos o compañeros de trabajo participen
en la toma de decisiones que los
involucren. Estimúlalos a ser más participativos y evita juzgar su manera de
hacerlo. Recuerda no solo tú sabes hacer bien las tareas, los trabajos, todos
saben hacerlo, solo que lo hacen de manera distintas y debes aprender a
entender y respetar esa situación.
Con
frecuencia nos dejamos llevar por las emociones alteradas al momento de
expresarnos. La próxima vez que vayas a decir algo y te sientas un poco
afectado, tomate unos minutos para respirar profundo y recuperar la calma que
necesitas, para pensar en lo que quieres decir y para escoger las mejores
palabras para hacerlo. ¡Evita las ofensas!
No
dejes que esa vocecita interior, justifique un pensamiento, un sentimiento o un
comportamiento equivocado, asume la responsabilidad del error que cometiste y haz cuanto sea necesario para corregirlo y
aprender de esa experiencia, para no tener que repetirlo.
Agradece.
Vale
la pena detenerte unos minutos aunque estés muy ocupado o apurado, para
agradecer de alguna manera directa o indirecta lo que otros hacen por ti. Se ha
demostrado que aquellas personas que ayudan o les brindan algún tipo de
servicio a otros, porque se encuentran en una condición o situación de mayor
limitación y necesidad, aumentan y fortalecen la confianza en sí mismos, la
autoestima y el aprecio por la vida. ¡No pierdas la oportunidad de hacerlo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario