miércoles, 15 de julio de 2015

La gratitud estimula el comportamiento moral



  Tomemos la decisión valiente de vivir profunda y sencillamente cada día, como si fuese el mayor y el mejor de los regalos que recibimos, una oportunidad mas para reconciliarnos con nosotros mismos, con los demás y con la vida agradeciendo por todo.
   
    Hagamos  que los días sean una oportunidad para agradecer, servir, disfrutar, y reconciliarnos  con las acciones que nos conduzca a nobles decisiones,  y agradecer es una sabia decisión, conociendo que la gratitud, es  una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
   
   La gratitud quien pudiéramos definir como un sentimiento de aprecio y valoración por las acciones que otros hacen a favor nuestro. Implica una suerte de deuda moral con quien nos hace un bien. Deuda que no significa hacer un cálculo para redimirla, sino elevar la estima por quien nos hace un favor, y estar abiertos a la posibilidad de corresponder por el beneficio recibido.
   
   El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario; Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente, según los expertos a diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente, “exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida”.
 
   Las personas que no son capaces de experimentar gratitud tienen un elevado narcicismo. No solamente tienen problemas de memoria, sino que también dan por sentado que merecen toda la ayuda que reciben, de hecho, muchos de ellos se atribuyen por completo los beneficios que obtienen y omiten por completo lo que los demás aportaron para poder lograrlos.
    
     Las personas   agradecidas suelen  ser más amables y a manifiestan más empatía, a  ser más espirituales y religiosas, más indulgentes y menos materialistas que las que están menos predispuestas a la gratitud. Cuanta más predisposición a la gratitud tenga una persona menos probabilidades tendrá de estar deprimida o preocupada, de sentirse sola, envidiosa o neurótica.
  
     Tienden a sentirse  relativamente más felices, tienen más energía, se sienten más optimistas y satisfechas con la vida, experimentando  emociones positivas con mayor frecuencia.  Al pensar con gratitud ante la vida  te ayudará a disfrutar cada momento con entusiasmo poniendo más atención a lo positivo; si piensas   en lo que has  conseguido en tu vida o a lo que otras personas han hecho por ti te sentirás mejor e incluso refuerza la autoestima y el amor propio
  
   Tomar la gratitud como un hábito es una buena estrategia para salir del hábito de la queja continua pudiendo agradecer incluso que las cosas no sean peores. Si de verdad aprecias lo que tienes es menos probable que te fijes en lo que tiene el vecino o lo envidies. Cuando agradecemos sentimos paz, alivio, tranquilidad en el alma, por lo que la gratitud reduce o evita la rabia, la amargura, la codicia… y nos  evita sentirnos culpables,  resentido o furioso.
   
   La expresión de la gratitud estimula el comportamiento moral. Es más probable que las personas agradecidas ayuden a los demás y es menos probable que sean materialistas.  La gratitud puede ayudar a establecer vínculos sociales, a fortalecer las relaciones existentes y a preocuparse de las nuevas. Las personas que sienten gratitud hacia personas determinadas establecen con ellas relaciones más próximas y de mayor calidad y durabilidad
    
    Cuando se produce un cambio positivo en tu vida de inmediato sientes un aumento de la felicidad y la satisfacción, si eres grato con la vida  lo primero que piensas y dices es” gracias Dios” o ¿no es así? Si tu repuestas es No, entonces piensa en algo por lo que te sientes muy agradecido/a y cuando aparezca ese sentimiento de gratitud, concéntrate en él, siéntelo plenamente durante un rato, deja que invada todo tu ser y apréndetelo. Acostúmbrate a evocarlo de este modo, para sentirlo con frecuencia durante el día.

  No es acaso  una  bendición estar vivo/a, suficientes para decir como las letras de la canción de Violeta Parra:   “Gracias a la vida que me ha dado tanto, me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano, cuando miro al bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros”.