lunes, 29 de septiembre de 2014

Lo poco que tengo me hace feliz.



En mi carrera como comunicadora, han sido muchas las situaciones que he visto y escuchado,me han dejado enormes aprendizajes en una ocasión haciéndole una entrevista a una humilde señora en un pequeño pueblo ubicado en la frontera  de República Dominicana, al llegar allí me encontré con un caso aterrador, de pobreza extrema, de enfermedades incurables, una familia con hijos que sufrían desde  esquizofrenia hasta invalidez, su casita era de yagua y el piso de tierra, por el techo entraban los reflejos del sol y la lluvia caía a raudales  ; tenía  un fogón de piedras en el suelo , ahí   en un pequeño caldero negro cocinaban unos rulos , era todo lo que había para comer durante  el día, nunca he podido olvidar  aquella triste realidad, porque sé que no es la única en mi país ,ni el mundo . Cómo olvidar  aquel rostro de piel arrugada con una gran sonrisa cuando me decía, no tenemos nada  y nuestros hijos tienen necesidades y están enfermos , “pero cuando nos llevamos algo a la boca  la barriga se llena y el corazón se alegra”. 
Al llegar a casa me senté y me puse a observar todo lo que tenía  a mi alrededor, era tanto en comparación a lo  de aquella familia. Me detuve  hable con mi silencio, mire mi alma  y me dije “Tengo  poco,  que es tanto, que aunque no lo tenga , siempre  podré ser feliz”.    
Muchas veces la abundancia no llega a nuestra vida, porque estamos cerrados para recibirla o porque desconocemos todo lo que tenemos para lograr lo que anhelamos. No olvides que la riqueza nos puede llegar de varias y diferentes maneras. Agradece y acepta lo que la vida te entrega, tal vez no sea lo que tú pe­diste, pero puede ser lo que más te conviene, existen otros que no tienen ninguna  opción.  

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