viernes, 28 de septiembre de 2018

Presentación personal del facilitador


  




    El rasgo más hermoso que puede acompañar la presentación del facilitador es una actitud que revele nítidamente alegría, sensibilidad, compromiso, esfuerzo, deseo de superación, convicción moral, y honradez intelectual.
  La belleza es vitalidad, es una fuerza interior que se irradia a través de todo el cuerpo: gestos, movimientos, miradas, posturas, atuendos, silencios, expresiones.
    La apariencia corporal es el reflejo de nuestro estado interior. Si poseemos paz y armonía espiritual nuestras expresiones, posturas, y movimientos lucirán más esbeltos, espontáneos y coordinados.
  El facilitador tiene que mirarse, descubrir que reflejan sus expresiones corporales, percatarse de la fuerza comunicativa que tiene y proyecta su cuerpo en armonía.

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