Después de tanto trabajo, un día agotador,
de estrés, de innumerables obligaciones
y responsabilidades, los seres humanos debemos darnos un tiempo para cuidarnos,
mimarnos y atendernos. Un momento para saber cuánto nos querernos.
Ya sea después de todas las obligaciones,
al mediodía o cuando llega la noche , pero siempre reserva al menos media hora
sólo para ti, en la que no le sirvas a nadie y en la que puedas dedicarte hacer
lo que te gusta, te relaja o al menos descansa un momentito .
Cada
dos semanas sal con tu pareja en plan romántico. Ese día deben salir solos y
dedicarse hablar de ustedes, de lo que
les pasa, de lo que viven; dejar el tema hijos para otra oportunidad, no pensar
en las deudas, enfermedades, trabajo, problemas sociales, ni en el futuro, sólo
vivir el momento. DATE UN CHANCE
Cuando
vayas manejando, escucha música tranquilizadora, que no te acelere, sino que te
ayude a tomar las cosas con más calma. Además, si vas con los hijos, esa música
los tranquilizará a ellos también.
Visita
las personas que quieres, diviértete; verás
lo terapéutico que resulta una conversación de remembranzas, ve al campo, disfruta de las flores, escucha
un cuento con picardía, sonríe a carcajadas hasta que te salgan las lagrimas,
juega, baila, práctica algún deporte,
libérate. ¿Cuánto tiempo hace que no sale al patio a ver y conversar con las estrellas como cuando eras
niña/o?
Todos
podemos disfrutarlo y si es en familia
mejor .Unos padres modernos necesitan hijos modernos y esto es: que cada uno
haga su cama, que ayuden con los quehaceres domésticos juntos y que sean responsables
en sus tareas escolares, que se convierta en una diversión en la que todos aprendan.
Explícale
que esto te ayudaría a estar más tiempo con ellos jugando en vez de estar
persiguiéndolos porque no hicieron los deberes. Conocer tus hijos, lo que les
gusta, sienten y viven, te ayudará a tener mayor cercanía con ellos y ser mejor
madre, mejor padre, ellos son más importante que todo en la vida, serán lo que
tú les enseñes, y vamos a tener una sociedad producto de lo que les hemos
ofrecido a nuestros hijos.
Debes saber en
qué flaqueas, pero no debes obsesionarte con ser una persona perfecta, basta
con que trates de mejorar y ser más humana. Deja atrás las culpas, esas que la
mayoría tenemos una vez llegamos a la
casa .Recuerda no somos perfectos ni lo seremos jamás y siempre encontraremos
que hablen bien o mal de nosotros.
Algo muy importante dale siempre a Dios el
primer lugar en todo, ora, lee sobre su palabra, porque sólo él nos da la
fuerza que no logramos conseguir con todo lo material y placentero que nos
ofrece la cotidianidad. Bendice al que te maldice, entrega una sonrisa a
quienes nunca te han regalado una.
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