La
fe en la palabra del creador del
Universo nos conduce al bien y nos evita
caer en pasados errores y nos mantiene
consciente de lo que no debemos cometer. Dios es misericordioso, él nos
perdona, él no juzga como nosotros los
humanos, él siempre nos amara sin pedirnos explicación; Pero debemos tratar
de ser dignos hijos de él.
El señor nos ayuda a liberarnos de los
miedos que nos impiden avanzar, nos saca los resentimientos que contaminan
nuestro corazón y nos dará siempre
la seguridad que necesitamos para avanzar.
Libérate de la oscuridad que
nubla tus ojos, esa que impide tu tranquilidad, bloquea las culpas. Libérate de
la tristeza que amarga tu vida. Saca el veneno de tu alma para que lleguen las alegrías que endulzarán tu existir.
Acepta el cambio, deja la dependencia, extiende los brazos y siente el sol que
acaricia tu piel, aprovecha
las oportunidades, no te paralices ante cualquier problema, lucha sin cansancio, atrévete a ofrecer
más de lo que recibes y todo lo positivo
te llega multiplicado.
Transformarte y recuperar tu Ser
interior, porque nadie nace enfermo del alma, nos llenamos de
amarguras y nos atamos a ella, libérate del dolor, las injusticias.
Si vives en el presente, sin preocuparte por el futuro y sin sentirte
atado al pasado, el resultado es exitoso y será una persona capaz de lograr
satisfacción en abundancia.
Recuerda que la vida está llena de flores, pero también tiene espinas libérate
para que pueda enfrentar las heridas de
las espinas y disfrutar del perfume de
las flores.
Libérate de la ignorancia,
conoce la verdad a través de la educación que siempre te indicara donde debes
buscar para vivir mejor basado en el
amor de Dios.
El
amor, la verdad, la educación y la fe en Dios nos liberan de todo mal y nos
lleva a encontrarnos con la paz espiritual.
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