Estamos en Navidad es una de
las fiestas más importantes del Cristianismo, celebramos el nacimiento de Jesús nuestro Salvador. Y un nuevo año se acerca.
Entramos a un nuevo año que nos indica que
debemos empezar a renovar, emprender nuevos proyectos de vida, realizar cambios, tener propuestas, objetivos y metas claras. Ahora
bien ¿Cómo podemos lograrlo?
Cada año
pedimos, pedimos y volvemos a pedir con el único propósito de recibir a manos
llenas todo lo material que según nuestras necesidades es lo que nos falta,
pretendemos que Dios nos
traiga bonanzas
monetarias, económicas., abundantes cosas de confort. ¿En realidad es lo que
necesitamos?
Creo, debemos revisar el baúl de
los años, los rincones del alma, la pista del corazón y la residencia de
nuestro ser, darnos la oportunidad de ver el interior, regalarnos la libertad
de sentir, qué es lo que necesitamos realmente, que
nos hace falta ,con que llenamos ese vacío que creemos satisfacer con lo
material.
¿ Necesitamos dinero para comprar todos los
lujos y fantasías que nos harán “sentir bien en el momento” O pedir a Dios que
llene nuestros corazones de amor para tener tolerancia , comprender, dar,
sentir compasión, reconocernos en los sentimientos para que nuestras acciones y
palabras sean fuente de bienestar y plenitud ?
Cada año decimos las mismas palabras y expresamos
todo tipo de intensiones, pensamos en cambiar, nos proponemos metas que jamás
hacemos nada para alcanzarlas, no tenemos objetivos claros, precisos y si lo
tenemos no lo ejecutamos, nos
falta la firme decisión o
la suficiente fortaleza para emprender lo que soñamos y necesitamos.Es importante reconocer que si queremos lo material debemos trabajar primero lo humano,lo espiritual.
Si bien es cierto que es tiempo de
encuentro, regocijo, fiestas, también
es tiempo de renacer, renovar nuestras actitudes, estilo de vida, de revisar sentimientos y cambiar aquellos que nos
hacen daño a nosotros y a los demás, es tiempo de limpiar los rincones del
alma, curar las heridas, sanar las llagas de pasadas miserias en años
transcurrido…Es el tiempo de caminar con pasos limpios, transparentes.
Llegó la hora de perdonar y sanar, de vivir en
libertad espiritual y celebrar con alegría un nuevo año que nos pauta el
calendario con los meses y los días, días que debemos registrarlo con amor,
entusiasmo, energías positivas, de pensamientos lógicos, de trabajo digno, de
entrega divina, de amor y paz..
Es hora de convertirnos en seres de luz y
podemos transformarnos asumiendo los valores que hemos dejado botado.
Vamos a nacer de nuevo iniciando un año pidiendo a Dios que permanezca en
nosotros si lo tenemos o
que nos enseñe el valor de la honestidad para actuar en base a la verdad y en
la auténtica justicia dando a cada quien lo que le corresponde. Ser
honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus
diversos fenómenos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa
respeto por uno mismo y por los demás. ¡Ayúdanos señor a respetar!
Señor provee a todos de amor,
humildad, sencillez, docilidad, decencia, generosidad, gratitud,
desprendimiento, bondad, lealtad, perdón, sinceridad, prudencia, serenidad,
paciencia, fidelidad, autodominio, obediencia, optimismo. Danos
señor carácter, confianza,valentía,coherencia,perseverancia,
responsabilidad, en fin todo aquello que nos conduzca a
mejorar nuestras vidas y encontrar la felicidad basada en el amor y la fe
en Dios y que el universo nos de armonía en cuerpo y alma.
Y que nuestras vidas se convierta en el
perfecto arbolito donde colguemos los sentimientos nobles y acciones que sean como
estrellas que ilumine
cada año, meses, días, noches, mañanas, tardes, minutos y segundos de todos,
unidos por y para el bien de la humanidad.
Que ésta Navidad y el nuevo año traiga sanación y
una sensación maravillosa de todos los sentimientos más bonitos reunidos dentro
de nuestro corazón y junto podamos cumplir los más anhelados sueños de ser mejores para tener lo que
merecemos. FELIZ NAVIDAD.
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