miércoles, 20 de junio de 2018
domingo, 13 de mayo de 2018
Hay que ponerle alas al dolor.
Dios nos diseñó en espíritu, alma y cuerpo. “El ser humano
integral”
El ser humano es
una triple unidad; las acciones que afectan el espíritu afectarán el alma y a
su vez al cuerpo.
Nuestra dimensión
espiritual está diseñada para relacionarnos y comunicarnos con Dios. La mayor
necesidad del espíritu es recibir vida a través de la fe.
El
espíritu es la parte inmaterial de la persona donde residen las facultades de Jesucristo el hijo de Dios, que permite
percibir el mundo espiritual y está compuesta por intuición, comunión y
conciencia.
Dios diseñó al ser
humano de tal manera, que su espíritu debe ser quien lo dirige, y no el alma.
Hay una comunión con Dios a través del cuerpo común del que formamos parte, el cual
es Jesucristo
A través de la
conciencia nos llega la capacidad para ordenar al alma y obedecer la voluntad
de Dios, entonces nos llega la intuición que no es más que la capacidad para
conocer los pensamientos que Dios tiene para nosotros -
Nuestra dimensión
psicológica , o como todos muchas veces sin saberlo llamamos alma , está
diseñada para relacionarnos y comunicarnos con otras personas y es la parte
inmaterial del hombre que contiene los atributos esenciales de la personalidad
,es decir :mente, emociones y voluntad, porque los seres humanos no somos más
que el resultado de lo que hemos heredado y vivido.
Es necesario recibir
SANIDAD DIVINA .Porque nuestras raíces de amarguras son el resultado de las
vivencias negativas. Es ahí donde radica la manera de actuar, de sentir y sobre
todo de pensar, por lo que necesitamos, sanar heridas, curar el alma, debemos
desnudar nuestra alma, para recibir sanidad que viene de Dios.
Curada nuestra alma,
entonces nuestra composición orgánica y estructural funcionará de manera
adecuada, solo entonces nuestra dimensión física , estará lista para
interactuar de manera adecuada con el medio ambiente. Mientras no lo logremos
la armonía total, nunca seremos sanos. Es el cuerpo el que resiente los daños
espirituales y psicológicos, que se manifiestan mediante todo tipo de
enfermedades.
lunes, 18 de septiembre de 2017
En el Tren
En el Tren
Como de costumbre el tren hacia su recorrido, pero esta vez
fue testigo de una historia cargada de una gran emoción.
En él viajaba un joven que tenía su rostro entre las manos.
Cuando se dejaba ver, se percibían las huellas de tristezas, dolor y
preocupación.
Un señor mayor que estaba sentado frente a él, le pregunto
cuál era el motivo de su turbación. El joven comenzó a relatarle su historia: –
"En mi adolescencia, no repare en los consejos de mi madre y en una de mis
andanzas, maté a una persona. Fui juzgado y condenado a diez años de prisión,
cumplí la sentencia en una cárcel lejos de mi casa. Nadie me visito, ni me escribió
durante ese tiempo y todas las cartas que envié no tuvieron respuestas.
Unos meses atrás, cuando supe que me iban a liberar le
escribí a mi madre una carta pidiéndole perdón por no haber tenido en cuenta
sus consejos, y le comuniqué que en pocos meses saldría en libertad, que
deseaba regresar a casa, además quería saber si ella me perdonaría.
Continuó diciendo: - No sé si me estarás esperando, pero si lo vas hacer te
pido que me des una señal. ¿Te acuerdas del naranjo que está en la estación de
trenes? Si me has perdonado y aceptas que regrese a casa, pon una cinta
amarilla en ese árbol, cuando esté llegando, si la veo, me bajaré, de lo
contrario seguiré de largo.
Mientras tanto el tren se acercaba a la estación en la que
debería bajar. El joven con mucho temor le pidió a su compañero de viaje, que
mirara por él, mientras se tapaba su rostro.
El tren comenzó a disminuir su marcha, cuando de repente, el señor que estaba
mirando por la ventanilla, gritó lleno de alegría: – ¡Mira, mira…! Alzando los
ojos surcados por las lágrimas, el joven no podía creer lo que estaba viendo,
contempló el espectáculo más hermoso que podían ver sus ojos. El naranjo no
tenía una cinta amarilla, tenía cientos y no solo eso, todos los árboles del
pueblo estaban colmados de cintas amarillas. No solo su madre, sino sus amigos
y conocidos le querían demostrar que lo habían perdonado. Cientos de personas
le dieron una cariñosa bienvenida.
Quiero que sepas que hay una persona llamada Jesús, que como
la madre y los amigos del joven de la historia, puede perdonarte hasta el acto
más aberrante que hayas cometido. Muchas veces escuchamos decir a las personas,
«No tiene perdón de Dios» Sí… claro que lo tiene. Hasta el personaje más
siniestro que el mundo haya conocido puede alcanzar el perdón de Dios. ¡Quita
esta mentira de tu mente, solo debes arrepentirte y recibirás Su misericordia!
Te parecerá extraño, pero así es el Señor. ¿Sabes por qué?
Porque Él es amor, y nos ama a pesar de lo miserable que podemos ser. Su
misericordia… es infinita…
«El joven de la historia tenía miedo de no ser
perdonado, por eso pidió una señal. Cuando pidas perdón a Dios, jamás tengas
temor, antes de que tú se lo pidas, todos los árboles del cielo, ya están
repletos de cintas amarillas»
domingo, 21 de mayo de 2017
viernes, 28 de abril de 2017
viernes, 21 de abril de 2017
jueves, 20 de abril de 2017
martes, 18 de abril de 2017
lunes, 13 de febrero de 2017
viernes, 6 de enero de 2017
Nueva actitud .
Es tiempo de asumir
una vida diferente, donde lo primero sea, el amor y la fe en Dios,
practicar los valores y principios, cumplir con las reglas que nos establece la
sociedad, evitando cometer errores que nos conduzcan a innumerables fracasos
del que no podamos salir, esos que nos están llevando por un mundo lleno de
odio, violencia, muerte, desigualdad y desintegración familiar.
Necesitamos reordenar nuestras vidas, mejorar como persona, si queremos un
verdadero cambio en la sociedad, actuemos de manera diferente, con
responsabilidad, humanismo, respeto, consideración, con compasión y
empatía; dejemos de ser maquinas que produce, produce y no conduce. Nos
quejamos porque andamos mal, porque todos hacemos lo que queremos sin importar las consecuencias de de nuestras acciones.
El mundo no se arregla implementado nuevas leyes, se cambia cumpliendo
las que ya tenemos, ¿cómo lo hacemos? Muy fácil haciendo cada quien lo que le
corresponde, no dejárselo a nadie, cambiemos de actitud. El mundo cambia para
mejor, si tú cambias lo negativo por lo positivo.
No desarmonicemos el plan divino de Dios, aprendamos a conocer sus señales, no
abandonemos la verdad por la comodidad, y como les digo a mis muchos/as, “no le
demos tanto gusto al cuerpo”, la mente es poderosa y con ella en su buen y
adecuado uso podemos lograr todo lo que alguna vez soñamos. Que nuestra
inspiración sea duradera, que la esperanza nunca muera, no te desespere por
esperar, el tiempo es perfecto en su estado natural.
Debemos en este nuevo año estar claro de nuestros propósitos pero además,
conocer cuáles son nuestros límites, todo tiene su tiempo y es que a
veces nos angustiamos, porque queremos alcanzar algunos proyectos antes de
tiempo.
En este nuevo año necesitamos corazones mansos, donde la serenidad, la
sapiencia, la humildad sean el escudo para enfrentar la avaricia, la envidia,
el desenfreno, la soberbia, y el rencor, tenemos un buen mundo con malos
habitantes, CAMBIEMOS! Necesitamos personas de mente positiva,
y vida con alma activa.
Es tiempo de limpiar los rincones del alma, curar las heridas, sanar las llagas
de pasadas miserias en años transcurrido…Es el tiempo de caminar con pasos
limpios, transparentes.
martes, 29 de noviembre de 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)