miércoles, 10 de agosto de 2016

Necesitamos arquitectos, para construir escuela de valores.


Hablando en silencio

Por: Doris Rodríguez 

   Dijo una vez el médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, Carl Gustav Jung,  “conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.

   Todos tenemos algo que aprender, no descalifiques a las personas que no tienen un título universitario colgado en la pared, a veces nos dan  la mejor lección de vida, cátedra de humanismo, condición  que olvidan muchos “intelectuales”.
  Es momento de  transmitir tu poder directo a la esencia de cada ser humano, más allá de las formas temporales de cada sociedad.
  Humanizar lo que hacemos, no es otra  cosa que considerar al ser humano en sentido global, en su dimensión física, intelectual, emocional, relacional o social y espiritual. En las últimas décadas estamos visualizando al ser humano como un objeto que nos da garantía económica, beneficios sociales; olvidando al SER y dejando que el tener nos lleve por el camino donde los sentimientos nobles parecen haber pasado de moda. Nos han vendido que tener  principios y valores no conviene en estos tiempos.     
  Es tan simple y fácil ser amable,  es una complacencia, agrado y delicadeza en el trato con los demás, que no cuesta nada,  atrévete a dar un  saludo,  una sonrisa, una mirada genuina, una palabra de  cariño, agradéceles a las personas que te  tratan bien, se recíproco, no seas mezquino  con los  afectos; nada cuesta y esa persona sumará bienestar a tu vida. El ser humano aprende de quienes lo rodean, adopta sus costumbres y toma como ejemplo sus acciones, es importante que nuestro actuar esté fundamentado en los valores y que a diario estemos fortaleciéndolos, que seas tú que agregues ese plus de bien cuando entra en contacto con otro SER.
  La deshumanización que percibo todos los días, me han llevado a pesar que debemos  iniciar a construir escuela de valores, donde nos enseñen un poquito de todo cuanto nos haga más sensatos, sensibles ante las injusticias y la desigualdad. Hay una necesidad de educar con cordialidad, con empatía y sobre todo con amor. Se requiere recuperar la visión integral, hay que ir en contra de la mentalidad contemporánea, que va por el camino de la destrucción de la humanidad. La deficiente formación académica que reciben los profesionales  en todas las áreas del saber, generalmente está más enfocada en  los aspectos técnicos y tecnológicos, olvidando lo humano.

 Los arquitectos han sido capaces  de crear  obras maestras, su creatividad y pasión lo llevaron a construir estructuras arquitectónicas maravillosas, que inspiran verdadera admiración, tanto que nos han motivado a viajar alrededor del mundo sólo por ver estas  mágicas y hermosas obras. URGENTE! Necesitamos    arquitectos  para pulir  la obra del SEÑOR, el SER humano, necesitamos de  padres y madres más conscientes de su responsabilidad, maestros que jueguen al rol que le corresponde, que  ilustren, que expliquen, que demuestren, pero sobre todo que inspiren, enseñemos a construir gratitud, tolerancia, libertad y trabajo. Porque la educación es el vestido de gala para asistir a la fiesta de la vida.  

 


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