Hablando en silencio
Por: Doris Rodríguez
El afecto, el
contacto físico y el cariño, no son sólo agradable, son necesidades que ayudan
al bienestar psicológico, emocional y corporal
del ser humano.
Si bien es
cierto que dar o recibir un abrazo es algo simple y cotidiano, casi todos
desconocemos la dimensión de plenitud que nos proporciona. Un abrazo puede significar amistad, cariño,
dedicación o gratitud. El abrazo es la principal demostración del afecto y
aunque es tan antiguo como la humanidad, tal vez no hemos comprendido la
importancia tan grande que implica para el desarrollo emocional y psicológico
del ser humano.
El
abrazo, es una de las formas más puras de manifestar afecto. Tiene importantes beneficios, como el de aliviar el dolor, la
depresión, la ansiedad y la tensión; acrecienta en los enfermos la voluntad de
vivir y seguir adelante; ayuda a los bebés prematuros (que se vieron privados de
contacto en sus incubadoras),a crecer y a fortalecerse; hace que veamos con
mejores ojos nuestra propia persona y el entorno que nos rodea; tiene un efecto
positivo en el desarrollo del lenguaje y en el coeficiente intelectual de los
niños; provoca alteraciones fisiológicas positivas en quien toca y en el que es
tocado; mantiene en buen estado los músculos de brazos y hombros, ya que es un
ejercicio de flexión y de estiramiento.
Cuando nos tocamos y nos abrazamos con espíritu solidario y alegre,
llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros sentimientos. Un simple abrazo nos enternece
el corazón; nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida.
En estos
tiempos donde el ritmo acelerado de la vida y la rutina cotidiana ponen los sentimientos en último lugar. Sin embargo,
dar un abrazo es una forma rápida y fácil de mejorar los problemas que se
generan en las relaciones. Además de demostrar más afecto que una mirada, "Si
bien hay muchas formas de tocar, el abrazo es muy especial y contribuye de un
modo muy importante a la curación.
Según los expertos, el abrazar puede liberar endorfinas del cerebro y tiene
maravillosos poderes curativos. Abrazar es considerado una terapia generadora
de bienestar que puede reducir la presión arterial, los dolores menstruales, el
dolor de cabeza, alivia la ansiedad, merma el estrés y la depresión, calma los
nervios, aleja la soledad, cura el insomnio, derrota el miedo, comunica
sentimientos, fortalece la autoestima, estimula los sentidos, potencia la resiliencia ,
desbloquea física y emocionalmente, devuelve la alegría, aquieta el alma y se
ha comprobado que hasta retarda el envejecimiento y ayuda a dominar el apetito.
En el libro “La
terapia del abrazo”, Kathleen Keating explica que los abrazos ayudan no
sólo a sentirnos bien, sino que favorece el buen desarrollo de la inteligencia
en los niños, a superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento.
Es tan importante el abrazo para la
estabilidad emocional de una persona que, según la doctora Keating, son necesarios “cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantenerse y
doce para crecer”. Además, es una energía poderosa que afecta
positivamente a todas las personas involucradas. “Es un anhelo que comienza en la
cuna y debe prolongarse toda la vida”, asegura el doctor Ricky
Friedel en su “Libro de los Abrazos”. Cuando
recibimos un abrazo nos sentirnos protegidos, es importante para todos, pero lo
es más para los niños y los ancianos quienes pueden aprovechar mas del amor de
quienes los rodean.
Un abrazo representa apoyo,
felicidad, cercanía y una forma de expresar lo que sentimos hacia los demás;
sin embargo, los beneficios de los abrazos son más extensos, porque
impactan directamente en nuestra salud
Ahora y aquí en silencio le pregunto ¿quién no quiere un abrazo?
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