martes, 15 de marzo de 2016

Desnuda el alma y viste tu corazón.



Hablando en silencio
Por: Doris Rodríguez 


Cuando pasan los años nos damos cuenta que  la vida es como una vieja biblioteca, donde  encontramos unos capítulos sin leer, páginas en blanco por escribir y libros con hojas sueltas para pegar en medio de telarañas sin limpiar, con un viejo baúl llenos de notas sueltas sin fechas que no  sabemos cómo organizar.
 Es ahí  entonces es  que despertamos del sueño y  nos detenemos en medio de la agitada cotidianidad y nos damos cuenta  que lo único valioso es el amor a Dios, a nuestra familia y a los  verdaderos amigos. Descubrimos que  la felicidad se encuentra en las cosas simples del diario vivir, y  cuando hurgamos en la historia de nuestros recuerdos, encontramos  la nostalgia del balance de los años de prisa que se esfumaron sin aprovecharlos, ahora cuando vamos lejos nos pasamos el tiempo tratando de encontrar un estado de resultado en el que no queremos que  el balance nos quede en ROJO.
   A ti que apenas inicia el trayecto del camino toma la valiente decisión  de vivir profunda y sencillamente, como si fuera el último de tus días, pero el primero que te regala el Universo. Vive con la inocencia  de un niño, con la  pureza de una madre,  la inteligencia de un anciano y la grandeza de llevar a Dios en tu corazón. Quizás, cuando cargue la mochila de tu vida el camino sea más ligero.
   Entonces es momento en el que  debes quererte y todos los días al levantarte y al acostarte, afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer, con humildad, valentía y amor lo puedo lograr.
  Debes poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
Nunca escriba, hable y cante con resentimientos, sé lo que quiere ser. Y no haga caso de los que no reconocen tu valor, sencillamente vive y haz lo mejor de ti para entregarlo a los demás.
Nunca mires mal al que no valora tu trabajo, esfuerzo y dedicación. Haz un simple ejercicio, no te esfuerce en tener la razón para que puedas conseguir la paz y encontrar  la felicidad. Sabes muy bien que la felicidad se construye día a día y tú eres el arquitecto de  ella.

No debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron sus metas, logra tú las tuyas y podrás disfrutarlas porque las alcanzaste tú.
 No debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida.
No debes tomar las cosas que no te pertenecen. Recuerda que mañana te quitaran algo de más valor.
No debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Levántate siempre con una Sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las acciones  el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio
 Mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.
No olvides esto: si vas a engañar que sea tu estomago, si vas a llorar que sea de alegría, si miente que sea sobre tu edad, si algún día quieres robar que sea un beso, si pierde que sea el miedo a no seguir adelante.
Debes Saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todo lo que tienes y  todo lo que te suceda. Porque cuando peor te sientas, mayores serán tus bendiciones. Aprende a desnudar el alma para poder vestir el corazón con lo bueno.





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