Hablando en silencio
Por: Doris Rodríguez
Cuando
pasan los años nos damos cuenta que la
vida es como una vieja biblioteca, donde
encontramos unos capítulos sin leer, páginas en blanco por escribir y
libros con hojas sueltas para pegar en medio de telarañas sin limpiar, con un
viejo baúl llenos de notas sueltas sin fechas que no sabemos cómo organizar.
Es ahí entonces es que
despertamos del sueño y nos detenemos en
medio de la agitada cotidianidad y nos damos cuenta que lo único valioso es el amor a Dios, a nuestra
familia y a los verdaderos amigos.
Descubrimos que la felicidad se
encuentra en las cosas simples del diario vivir, y cuando hurgamos en la historia de nuestros
recuerdos, encontramos la nostalgia del
balance de los años de prisa que se esfumaron sin aprovecharlos, ahora cuando
vamos lejos nos pasamos el tiempo tratando de encontrar un estado de resultado
en el que no queremos que el balance nos
quede en ROJO.
A ti que apenas inicia el trayecto del
camino toma la valiente decisión de
vivir profunda y sencillamente, como si fuera el último de tus días, pero el
primero que te regala el Universo. Vive con la inocencia de un niño, con la pureza de una madre, la inteligencia de un anciano y la grandeza
de llevar a Dios en tu corazón. Quizás, cuando cargue la mochila de tu vida el
camino sea más ligero.
Entonces es momento en el que debes quererte y todos los días al levantarte
y al acostarte, afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy
inteligente, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer, con
humildad, valentía y amor lo puedo lograr.
Debes poner en práctica todo lo que dices que
eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si
piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso,
expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer,
entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
Nunca escriba, hable y cante con
resentimientos, sé lo que quiere ser. Y no haga caso de los que no reconocen tu
valor, sencillamente vive y haz lo mejor de ti para entregarlo a los demás.
Nunca mires mal al que no valora tu trabajo,
esfuerzo y dedicación. Haz un simple ejercicio, no te esfuerce en tener la
razón para que puedas conseguir la paz y encontrar la felicidad. Sabes muy bien que la felicidad
se construye día a día y tú eres el arquitecto de ella.
No debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron sus metas, logra tú las tuyas y podrás disfrutarlas porque las alcanzaste tú.
No debes albergar en tu corazón rencor hacia
nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan
justicia, y tú perdona y olvida.
No debes tomar las cosas que no te pertenecen. Recuerda
que mañana te quitaran algo de más valor.
No debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Levántate siempre con una Sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las acciones el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio
No debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Levántate siempre con una Sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las acciones el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio
Mira a las
personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto
para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.
No olvides esto: si vas a engañar que sea tu
estomago, si vas a llorar que sea de alegría, si miente que sea sobre tu edad,
si algún día quieres robar que sea un beso, si pierde que sea el miedo a no
seguir adelante.
Debes Saber que existe la presencia de Dios
en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por
todo lo que tienes y todo lo que te
suceda. Porque cuando peor te sientas, mayores serán tus
bendiciones. Aprende a desnudar el alma para poder vestir el corazón con lo
bueno.
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