jueves, 3 de septiembre de 2015

No dejes de vivir



     Después de tanto trabajo, un día agotador, de estrés, de innumerables  obligaciones y responsabilidades, los seres humanos debemos darnos un tiempo para cuidarnos, mimarnos y atendernos. Un momento para saber cuánto nos querernos.
     Ya sea después de todas las obligaciones, al mediodía o cuando llega la noche , pero siempre reserva al menos media hora sólo para ti, en la que no le sirvas a nadie y en la que puedas dedicarte hacer lo que te gusta, te relaja o al menos descansa un momentito .
    Cada dos semanas sal con tu pareja en plan romántico. Ese día deben salir solos y dedicarse  hablar de ustedes, de lo que les pasa, de lo que viven; dejar el tema hijos para otra oportunidad, no pensar en las deudas, enfermedades, trabajo, problemas sociales, ni en el futuro, sólo vivir el momento. DATE UN CHANCE
    Cuando vayas manejando, escucha música tranquilizadora, que no te acelere, sino que te ayude a tomar las cosas con más calma. Además, si vas con los hijos, esa música los tranquilizará a ellos también.
    Visita las personas que quieres,  diviértete; verás lo terapéutico que resulta una conversación de remembranzas,  ve al campo, disfruta de las flores, escucha un cuento con picardía, sonríe a carcajadas hasta que te salgan las lagrimas, juega, baila, práctica algún deporte,  libérate. ¿Cuánto tiempo hace que no sale al patio a ver y  conversar con las estrellas como cuando eras niña/o?
  Todos podemos disfrutarlo y si es  en familia mejor .Unos padres modernos necesitan hijos modernos y esto es: que cada uno haga su cama, que ayuden con los quehaceres domésticos juntos y que sean responsables en sus tareas escolares, que se convierta en una  diversión en la que todos  aprendan.
   Explícale que esto te ayudaría a estar más tiempo con ellos jugando en vez de estar persiguiéndolos porque no hicieron los deberes. Conocer tus hijos, lo que les gusta, sienten y viven, te ayudará a tener mayor cercanía con ellos y ser mejor madre, mejor padre, ellos son más importante que todo en la vida, serán lo que tú les enseñes, y vamos a tener una sociedad producto de lo que les hemos ofrecido a nuestros hijos.
   Debes saber en qué flaqueas, pero no debes obsesionarte con ser una persona perfecta, basta con que trates de mejorar y ser más humana. Deja atrás las culpas, esas que la mayoría tenemos una vez llegamos  a la casa .Recuerda no somos perfectos ni lo seremos jamás y siempre encontraremos que hablen bien o mal de nosotros.
    Algo muy importante dale siempre a Dios el primer lugar en todo, ora, lee sobre su palabra, porque sólo él nos da la fuerza que no logramos conseguir con todo lo material y placentero que nos ofrece la cotidianidad. Bendice al que te maldice, entrega una sonrisa a quienes nunca te han regalado una.

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