jueves, 10 de septiembre de 2015

La Lealtad, un valor que vamos perdiendo

La Lealtad es un valor que debemos desarrollar en nuestro interior y tener conciencia de lo que hacemos y decimos. Es corresponder, a una obligación que se debe tener con los demás, Es un compromiso de defender lo que creemos; y en quienes creemos, si no cumplimos con ese debido, nos quedamos solos.
  
 Porque la lealtad significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad y rectitud. Cuando somos leales, logramos llevar una relación a algo serio y profundo; Si actuamos con la verdad por delante.
    
La lealtad es el valor, la virtud más admirable, y la deslealtad es la falla humana que más tristeza provoca. Si una enfermedad no se cura, si una simple comida no tiene el sabor esperado,  si una persona nos deja esperando, causan desilusión, desencanto.
  
Pero la deslealtad, cuando alguien en quien confiamos nos hace trampa, nos engaña, nos traiciona, saca provecho de nosotros, entonces la frustración, el enojo que puede llegar a la rabia que esa deslealtad nos causa es la mayor desilusión humana: "confié en ti y me fallaste".



Cuando damos lealtad y la esperamos en reciprocidad, basamos todo en la confianza, que como dice un viejo principio, tan difícil es de ganar, tan fácil de perder y tanto más difícil de recuperar. No ganemos la desconfianza de nuestro prójimo, de nuestra familia, de nuestros amigos, de nuestros compañeros, de nuestros asociados en la empresa o labor que sea, seamos leales.
 
 Hay que ser leales (cumplidos) en todo, para conservar la confianza y el respeto (y hasta admiración, si se quiere) de los demás. Debemos llevar la lealtad a los detalles pequeños, ya que quien es leal en lo poco lo será en lo mucho; si nos permitimos pequeñas debilidades de fallarle a los amigos, poco a poco nos iremos "justificando", con la excusa que sea, fallas e infidelidades más grandes, con las mayores traiciones a la vuelta de la esquina.
 
 Quien es leal, cumple sus compromisos con todos en la vida real; no es asunto de discurso "bonito" o de frases petulantes. En los hechos vitales, o se es leal o no se es, no hay términos medios; por eso Cristo nos dice a sus seguidores: "el que no está conmigo está contra mí". Moralmente hablando no existe la neutralidad.

 Lealtad en los compromisos, es la base para no caer en la debilidad de pasar de la pequeña traición a la grande. Si me permito pequeñas fallas de lealtad y soy consciente de ello, y de cómo voy traicionando la confianza ajena de menos a más, termino por devaluarme y desconfiar de mí mismo/a.

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