La mayoría de nosotros mantenemos una conversación mental
constante. Nos hablamos a nosotros durante
todo el día y, desafortunadamente, muchas veces, éstas conversaciones internas…son negativas. A menudo están marcadas por culpas sobre el
pasado o preocupaciones por el futuro. Ésta
negatividad puede destruir cualquier indicio de esperanzas que pudiéramos tener
sobre alcanzar nuestros sueños. Conversemos con el silencio, contémosle
nuestras expectativas de la vida, nuestros anhelos, hagamos de la conversación una
manifestación de amor que llegue a oídos del SEÑOR, porque él escucha nuestro corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario