Hablando en silencio
Por: Doris Rodríguez
Dijo una vez el médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, Carl Gustav Jung, “conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.
Todos tenemos algo que aprender, no
descalifiques a las personas que no tienen un título universitario colgado en
la pared, a veces nos dan la mejor
lección de vida, cátedra de humanismo, condición que olvidan muchos “intelectuales”.
Es momento de transmitir tu
poder directo a la esencia de cada ser humano, más allá de las formas
temporales de cada sociedad.
Humanizar
lo que hacemos, no es otra cosa que considerar al ser humano en sentido global, en su dimensión
física, intelectual, emocional, relacional o social y espiritual. En las
últimas décadas estamos visualizando al ser humano como un objeto que nos da
garantía económica, beneficios sociales; olvidando al SER y dejando que el tener
nos lleve por el camino donde los sentimientos nobles parecen haber pasado de
moda. Nos han vendido que tener principios y valores no conviene en estos tiempos.
Es tan simple y fácil ser amable, es una complacencia,
agrado y delicadeza en el trato con los demás, que no cuesta nada, atrévete a dar un saludo,
una sonrisa, una mirada genuina, una palabra de cariño, agradéceles a las personas que te tratan bien, se recíproco, no seas
mezquino con los afectos; nada cuesta y esa persona sumará
bienestar a tu vida. El ser humano aprende de quienes lo rodean, adopta sus
costumbres y toma como ejemplo sus acciones, es importante que nuestro actuar
esté fundamentado en los valores y que a diario estemos fortaleciéndolos, que
seas tú que agregues ese plus de bien cuando entra en contacto con otro SER.
La deshumanización que percibo todos
los días, me han llevado a pesar que debemos
iniciar a construir escuela de valores, donde nos enseñen un poquito de
todo cuanto nos haga más sensatos, sensibles ante las injusticias y la
desigualdad. Hay una necesidad de educar con cordialidad, con empatía y sobre
todo con amor. Se
requiere recuperar la visión integral,
hay que ir en contra de la mentalidad
contemporánea, que va por el camino de la destrucción de la humanidad.
La deficiente formación académica que reciben los profesionales en todas las áreas del saber, generalmente
está más enfocada en los aspectos
técnicos y tecnológicos, olvidando lo humano.
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