lunes, 18 de mayo de 2009


A las madres del mundo
Forjadas en las sendas de tu vida siempre con tu mirada activa eres madre querida una luz que irradia mi vida.
Con broches en tu alma vives en un hermoso y caluroso hogar eres tu madre, siempre tú, como agua cristalina que endulzas la vida al volar.
Son tus gratos momentos los que encierran tanta dulzura, como destellos en el cielo, quisiera llevar el eco de tu ternura.
Siempre tú, siempre tú, madre que estremeces mi esperanza, siempre tú que alivias con tu voz mi vida y toda mi confianza.

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